El tercer álbum de Green Day, el primero con una
discográfica internacional, proyectó a la banda a las glorias de la música, y
trajo consigo al punk de vuelta, género al que ya se le consideraba viejo y
obsoleto.
Dookie, es el conjunto de las inseguridades e
insatisfacciones de un adolescente, las letras están llenas de sexualidad,
aburrimiento, ansiedad, amoríos, inconformidad con la sociedad, dudas sobre el
futuro personal, en fin, todo lo que en el punk se podría plasmar.
Las 14 canciones que componen al disco, son rápidas,
divertidas, pero al mismo tiempo muestran cierta madurez, a pesar de la edad de
los integrantes de la banda, y tan sólo tres de ellas rebasan los tres minutos
de duración, y gracias a todas ellas, Green Day nos transmite enojo y energía a
lo largo de la producción, nos hace viajar a la adolescencia en el cual no
estamos conformes con nada y enojados con todo sin saber qué hacer para
solucionarlo.
Gracias a que revivieron al punk, fueron empuje para la
escena y para contemporáneos como Rancid o The Offspring, y en años
posteriores, fueron base e inspiración para el happy punk y exponentes como
Blink 182 o Sum 41.
El disco fue inmediatamente alabado por la crítica, ya que
decían que se mostraban a ellos mismos, así como, por el público, gracias a un
punk melódico y a las letras con las que cualquier joven se puede identificar fácilmente.
Este material los catapultó al estrellato e
irremediablemente fue un éxito de ventas, poniendo a la banda al estandarte de
la nueva generación que ya se estaba cansando de un desgastado grunge.
Es una gran producción discográfica fácil de digerir debido a lo armonioso de sus melodías, es enérgico e inevitablemente te hará brincar del sillón y mover tus pies, tu cabeza y cantar himnos como “She”, “Basket Case”, “When I Come Around”, “Longview”, en fin, es la exposición de la vulnerabilidad de la adolescencia.
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