En
1987 fue lanzado al mercado el primer disco de Sinead O’Connor, The Lion And The Cobra, que atrajo las miradas
hacia la cantante y en la que destacaba un estilo peculiar y una voz que
oscilaba entre la potencia y lo melódico, muy apartada del pop que se elaboraba
en aquellos días.
Posteriormente,
tres años después, a principios de 1990, la irlandesa entregó la que sería su
obra cumbre I Do Not Want What I Haven’t
Got, en este material, muestra una madurez como compositora, tal vez,
porque durante el período entre un disco y otro, fue madre a principios de sus
veinte años y sus preocupaciones se ven reflejadas en sus canciones, aparte
continua con su crítica social y política, asimismo, sus composiciones suenan
frágiles y tristes pero esperanzadoras.
I Do Not Want What I Haven’t
Got, fue sumamente exitoso,
debido al impacto generado por su principal sencillo “Nothing Compares 2 U”,
escrita por Prince, unos años antes y
que, según la historia cuenta, fue dedicada a una novia Susana Melvoin, por lo que él consideraba que esta había sido un
regalo y no quería que se radiara ni que fuera popular, y llegó a Sinead, mediante Steve Fargnoli, quien fuera representante del cantante y al saber
que era una de sus joyas, convenció a O’Connor
para que la grabara, y la historia se cuenta sola, es una de las canciones más
reconocidas de la irlandesa, sino es que la más representativa de su carrera,
se apropió de la canción y la hizo suya y hasta se podría decir que este cover
supera a la original, los arreglos en la producción fueron llevados a cabo por Nellee Hooper, futuro productor de actos
muy importantes como Björk, Massive Attack, Madonna, The Smashing Pumpkins, U2 y No Doubt, dándole un toque moderno y minimalista a la balada, en la
que destaca la fuerza de la interpretación, asimismo, el video promocional es
recordado porque en la mayor parte se enfoca solamente al rostro de Sinead, y a palabras de ella, las
lágrimas que se muestran fueron derivados por los sentimientos encontrados por
el reciente fallecimiento de su madre, el video fue sumamente popular, obteniendo
una alta rotación en MTV, llevándola
a ser ganadora como el video del año.
Para
la canción “The Emperor’s New Clothes”, titulada con el mismo nombre de un
cuento de Hans Christian Andersen,
reunió gran cantidad de talento, como Marco
Pirroni, exguitarrista de Siouxsie
And The Banshees y Adam And The Ants,
en el bajo, Andy Rourke (The Smiths)
y en la batería John Reynolds, quien
fue su esposo y colaborador, dicha canción, también fue sencillo y en donde refleja
sus preocupaciones como reciente madre.
El
disco abre con “Feel So Different”, pieza que evoca a oraciones, a la
serenidad, y se exalta el folk irlandés, con un violín que destaca por su
brillantez, asimismo, el segundo tema “I Am Stretched On Your Grave”, es un
poema anónimo proveniente de Irlanda, en la que el sentimiento de pérdida se
hace presente, reluce nuevamente el violín y el folclor céltico.
“Jump
In The River”, es una composición casi entera por parte de la cantante, en la
que despliega habilidades en la letra, guitarra, teclados y en la programación
de la batería.
Con
este álbum, Sinead rompió muchos
estigmas, desde su imagen, que, a partir de ese punto, se mostró como una mujer
fuerte, tenaz al raparse completamente la cabellera, lo cual, denotó un
carácter firme, algo que para aquellos días, lucía diferente a sus
contemporáneos, y la hizo destacar y ser todo un símbolo para la década, una
fuente de inspiración, sobre todo para las cantautoras femeninas y líderes de
bandas de esa generación, que veían como ella exponía sus pensamientos y
sentimientos haciéndolos cercanos a cada ser humano, como ejemplo, tenemos a Dolores O’Riordan de The Cranberries, coterránea y figura de
una de las bandas emblemáticas de los noventa.
Este sin duda, es uno de los álbumes definitorios e inspiradores de la década, es el punto más alto en la carrera de Sinead O’Connor, en la que podemos disfrutar su voz y talento en total esplendor.
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