En
1997, salió en los cines la película Spawn,
basada en un comic creado por Todd
McFarlane, dicho filme fue vapuleado por la crítica, ninguneado por los
fans y en lo general, se puede decir, que es una película muy mala, con un guion pésimo, los personajes son caricaturescos, las actuaciones son deficientes, los
efectos especiales son horribles y a más de un cuarto de siglo de su salida, no
ha envejecido nada bien, hoy en día, se ve peor de cuando salió, sin embargo,
no todo es malo en cuanto a su aportación cinematográfica, dejo cosas buenas a
su paso, como el soundtrack que la acompañó.
Spawn, fue de las primeras películas realizadas basadas
en un comic cuando aún ese subgénero fílmico estaba en pañales y no gozaba ni
con la credibilidad ni con la audiencia que actualmente goza, fue un proyecto
arriesgado aún más por el personaje, protagonizado por un tipo afroamericano,
lo cual, en aquellos días, se pueden contar pocos, dentro del subgénero, en
películas como The Meteor Man (1993),
Steel (1997) y Blade (1998), este último gozó de mayor aceptación, todos ellos son
la base para llevar a la pantalla grande, el comic de Black Panther (2018).
La
creación de Todd McFarlane Entertainment,
encargada de la producción de la película a través de su creador, McFarlane, quien ya era conocido en el
mundo de los cómics, por su trabajo en The
Amazing Spider-Man, y por supuesto por su obra, Spawn, entre su trabajo más conocido fue la elaboración y grabación
de videos musicales como “Do The Evolution” de Pearl Jam para su disco Yield
de 1998 y “Freak On A Leash” de Korn
para el álbum Follow The Leader del
mismo año.
El
soundtrack de la película se puede decir que es lo más rescatable de ese
proyecto, aunque, aun suele dividir opiniones entre los fans, debido a la
mezcla de rock y electrónica, el álbum estuvo producido por Happy Walters, quien previamente
experimentó con la combinación de géneros (alternativo y hip hop) para el
soundtrack de Judgement Night (1993)
y posteriormente para Blade II (2002)
que andaba entre el rock y hip hop, siendo Spawn:
The Album, el segundo de esa trilogía.
Los
grupos que aparecen son diversos y referentes de los géneros del rock y metal
como Slayer y Metallica, o artistas como
Tom Morello (guitarrista de Rage Against The Machine), Henry Rollins, se incluyen artistas que
gozaban de mucha popularidad en aquellos días como Marilyn Manson, o quienes comenzaban a brillar como Incubus, Korn y Filter.
Del
lado electrónico estaban actos legendarios como Orbital, The Prodigy, The Dust Brothers, Moby, Atari Teenage Riot e
igual quienes comenzaban a formar una carrera en la industria como The Crystal Method, Goldie, Roni Size, Sneaker
Pimps, agrupaciones que estaban a la vanguardia entre el techno, trip hop,
drum ‘n’ bass y jungle.
La
encargada de abrir el álbum, es “(Can't You) Trip Like I Do”, reescrita de la
original “Trip Like I Do” del disco debut Vegas
(1997) de The Crystal Method pero en
esta versión se adiciona la participación de Filter, siendo el segundo y último sencillo del disco.
Como
primer sencillo y uno de los highlights es "Long Hard Road Out of
Hell", en el que participa Marilyn
Manson y con los coros de la vocalista de Sneaker Pimps, Kelli Ali, aunque ellos no estuvieron de acuerdo con
el producto final, se le considera uno de los mejores tracks de Manson, y una transición entre la era del
Antichrist Superstar (1996) y Mechanical
Animals (1998), el video fue dirigido por Matthew Rolston, quien ha trabajado con Madonna, Morrissey, Foo Fighters, Garbage, Jewel, Natalie Imbruglia,
Sheryl Crow, entre otros, es uno de los más recordados de la carrera de
Manson.
De
los temas más destacados se encuentran “One Man Army”, que conserva la esencia
de sus participantes, Tom Morello y The
Prodigy, el sonido que traía la agrupación con su disco, The Fat Of The Land (1997), “No Remorse
(I Wanna Die” de Slayer y Atari Teenage
Riot, es el ejemplo de la combinación perfecta de los géneros, se muestra
toda la furia, velocidad y enojo de cada una de las bandas.
Spawn: The Album, es uno de los mejores soundtracks de la década de los noventa, una experimentación en la combinación de rock y electrónica, que sale bien librado y que nos entregó piezas musicales dignas de ser escuchadas, un álbum estupendo para una película tan mala.