THE SUNDAYS - READING, WRITING & ARITHMETIC

 



La historia de The Sundays es algo poco común, para empezar la banda se formó a finales de los 80’s, en medio de la disolución de un grupo emblemático The Smiths, del cual beberían toda su esencia, pero sin ser una copia, justo cuando comenzaba el movimiento Madchester a dominar la escena con bandas como The Stone Roses o Happy Mondays, y un poco antes del boom del techno en la escena dance, The Sundays, estaba justo a la mitad.

La banda de acuerdo a sus miembros, no sería una ocupación de tiempo completo, recién había terminado la escuela y estuvo integrada por sus líderes, vocalista y guitarrista Harriet Wheeler y David Gavurin, respectivamente, que se conocieron en la Universidad de Bristol, Inglaterra, no solamente fueron compañeros de banda sino sentimentales, lo cual, se ve impreso en su música, y a la postre formarían una familia.

Después, comenzaron a escribir un puñado de canciones, y se trasladaron a Londres, con esto, emprendieron una gira como teloneros de Throwing Muses y recibieron atención en las reseñas musicales londinenses en espera de algún material por parte de la agrupación.

A inicios de 1989, lanzaron “Can’t Be Sure”, a través de Rough Trade y posteriormente, incluida en el álbum, e inmediatamente, llamaron la atención del público y crítica británicos, haciendo que el sencillo fuera un éxito.

Para 1990, lanzaron su primer álbum Reading, Writing & Arithmetic, (en un juego semántico, el nombre hace alusión a su ciudad natal Reading), junto con el sencillo que los daría a conocer del otro lado del Atlántico, la hermosa melodía, “Here’s Where The Story Ends”, canción que fue reconocida a nivel mundial, haciendo que la banda y su música alcanzaran la fama de manera casi instantánea, lo que fue muy inesperado para sus integrantes.

Sus composiciones como se mencionó anteriormente, absorben mucho de la esencia de The Smiths, si uno pone atención, las melodías son básicas, tienen una batería tímida, las letras son simples reflejos de inseguridades, relaciones fracasadas, aspiraciones, enfados, todo aquello que enfrentamos al cambiar de la adolescencia a la adultez.

Su sonido, está compuesto de hermosas y bellas melodías, en las cuales, el ritmo se mantiene, pero nunca aburre, la voz de Harriet y sus tonos son prácticamente angelicales, son melódicos, dulces, que a veces contrastan con las letras poéticas y reales, en pocas palabras, son armoniosos, donde todo brilla al mismo tiempo y nada opaca a nada, eso es The Sundays.

Reading…, es un álbum corto conformado por diez canciones y una duración de 38 minutos de simple y llana inspiración, contiene grandes temas como “A Certain Someone”, cuyo protagonista no quiere tener una pareja excepto con alguien especial, es como cambiaría su vida; la corta, semi acústica y con letras de arrepentimiento, “I Kicked a Boy”; grandes canciones como la apertura de “Skin And Bones”, donde luce la voz inocente de Harriet, así como su cierre con la finura de “Joy”, o “Hideous Towns”, el track más rápido que parece separarse al resto pero se contiene.

Desde el principio fueron comparados con The Smiths y Cocteau Twins, pero a pesar, de tener semejanzas, son un puente entre esa generación y la que seguiría con The Cranberries, logrando por méritos propios ser un referente del indie pop británico.

El productor que se encargó del material fue Ray Shulman, que había producido Life's Too Good de The Sugarcubes, y a la vez, descubrió esa gran voz y artista, Björk.

Es cierto, que The Sundays nunca fue muy popular en su momento, si tuvieron éxito, pero no a gran escala, grabaron dos álbumes después de su debut, Blind de 1992 y Static & Silence de 1997, después de esto, los líderes abandonaron la industria musical y se dedicaron a criar y a cuidar a su familia, y nunca más se supo de ellos, dejando un legado, que ha crecido a través del tiempo, elevándolos a la categoría de una banda de culto.

The Sundays, tuvo un paso fugaz en la industria musical y dejó una huella indeleble en sus fans, quienes siempre se quedarán con la ilusión de un reencuentro, entre ellos, Shirley Manson de Garbage, quien adora las letras y la música de los británicos.

Reading, Writing & Arithmetic, es un material de calidad indiscutible, es una belleza en toda la extensión de la palabra, hoy después de 30 años, suena muy fresco, disfrutable, encantador, etéreo, atemporal, irrepetible y único.

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