En
1999, estaban ocurriendo varias cosas en el panorama musical, el brit pop había
vivido sus mejores glorias, la música alternativa estaba muerta, el pop
comenzaría una de sus más populares etapas y el nü metal venía empujando con
gran fuerza, dentro de esto, se encontraba Blur,
banda inglesa consentida de los noventa que en ese año publicaría su sexto
álbum, 13.
Dentro
de la banda, la situación no estaba exenta de problemas, Alex James y Dave Rowntree
estaban enfocados en sus proyectos personales, Graham Coxon peleaba con su alcoholismo, y Damon Albarn luchaba contra sus adicciones, ideaba otros proyectos
musicales y terminaba su relación sentimental con Justine Friedman (Elastica) de forma muy dolorosa, cuyo reflejo se
nota en las letras de algunas canciones de 13
y por si fuera poco, se decidieron por el productor William Orbit, que en aquellos días fue muy popular por el éxito
del álbum Ray Of Light (1998) de Madonna, y dejar de trabajar con Stephen Street (The Smiths, Morrissey, The Cranberries, etc.) su productor de cabecera, lo que obviamente causó más
conflictos en la relación del grupo.
Si
bien, lo hecho por la banda en su álbum anterior (Blur, 1997), ya marcaba cierto distanciamiento del sonido que los
hizo populares, aquí, lo abandonaron por completo, entregando un disco íntimo,
introspectivo, ruidoso, lleno de capas y atmósferas, el que marcaría un antes y
después en la carrera no solo de la banda sino del líder, Damon Albarn, pues se nota la experimentación que empezaba a asomar
y que a la postre se reflejaría en otro de sus proyectos, Gorillaz.
El
disco contiene trece canciones y tres de ellas fueron editadas como sencillos,
dos de ellos tuvieron gran aceptación entre la audiencia, “Tender” y “Coffee
& TV”, el tercero, ”No Distance Left To Run”. “Tender”, es de las canciones
más populares de la banda, un tema de larga duración con coros góspel, “Coffee
& TV”, es de las canciones emblemáticas de la agrupación, se convirtió en
un clásico instantáneo con ayuda de su video realizado por Hammer & Tongs, cuya estrella es Milky, todo un símbolo para Blur,
su rotación radial y televisiva fue impresionante y ”No Distance Left To Run”,
favorita de los fans, la letra imprime la aceptación y resignación del final de
una relación amorosa, en este caso se refleja lo que ocurría en la vida de Albarn, es lenta, dolorosa y de las más
sinceras en el repertorio de los ingleses, el video promocional fue grabado y
dirigido por Thomas Vinterberg.
Las
tres canciones antes mencionadas son las más comerciales del disco, las otras
no son canciones de relleno sino simplemente experimentan con la electrónica,
las guitarras distorsionadas y el ambient, alejadas totalmente del
convencionalismo tradicional, tal vez, la que se acerca a lo hecho en su álbum
homónimo es “Bugman”, también incluye una infaltable en los conciertos de la
agrupación, “Trimm Trabb”, simplemente una hermosa melodía para muchos de las
mejores composiciones en su trayectoria; “1992”, una canción que era un demo
precisamente de ese año, y que Damon encontró,
fue tratada nuevamente e incluida en esta producción y nos hace recordar un
poco a “Sing”, tema de su primer álbum, posteriormente agregada en el
soundtrack de Trainspotting (1996).
El
resto del álbum, está conformado por grandes canciones que necesitan varias
lecturas para poder comprender lo que ofrecen, “Battle”, es una pieza oscura,
larga, espacial e impactante, “Trailerpark”, “Swamp Song”, “B.L.U.R.E.M.I.”,
“Mellow Song”, “Caramel” y “Optigan 1”, experimentaciones sonoras con las
guitarras y sintetizadores.
La
portada de la placa es aportación de una pintura al óleo de Graham Coxon (guitarrista) denominada Apprentice.
13, es el álbum más experimental y arriesgado de Blur, el tiempo lo ha colocado dentro de sus mejores producciones y el que cambió para siempre el sonido del grupo.